MEMORIA «Un viaje onírico, contemplativo y sumamente profundo nos regala su director Apichatpong Weerasethakul»

Cuando pensamos en cine de autor de contemplación, muchas veces nos vienen a la mente propuestas aburridas e incomprensibles. Es cierto que la audiencia no está familiarizada con películas lentas, de observación detenida y de apreciación más allá de un argumento descifrable. Con Memoria sucede un caso particular, pues no es necesario encontrarle una lógica a la historia, sino de abrazar un viaje hacia el centro de uno mismo, de exploración emocional y espiritual.

Para poder sintetizar la historia, tenemos a Jessica (Tilda Swinton), botánica británica establecida en Colombia, quien despierta una noche escuchando un sonido como de otro mundo. Tras este suceso, sigue escuchándolo, y decidida, se encamina a descifrar su origen, lo que la lleva a situarse en el corazón de la selva misma de Bogotá. El sonido solo lo puede escuchar ella, y pareciera que su realidad va cambiando conforme se acerca más a obtener respuestas.

La sinopsis luce intrigante y misteriosa, con más incógnitas que réplicas, y es precisamente estos elementos los que permean a lo largo de sus 136 minutos de duración. Ya que, al finalizar la proyección, la conclusión pareciera no contar con lógica o sentido alguno, lo que probablemente no vaya a satisfacer o gustar a la mayoría de la audiencia.

Desde el inicio, debemos tomar muy en cuenta que Memoria nos va demandar un estado emocional sereno, con una calma y paciencia excepcionales para lograr conectar con ella. Y podría firmemente considerarla como una cinta netamente contemplativa, con una lentitud en su trama y puesta en escena, que ya no se logran ver en el cine por más de autor e independiente que puedan ser.

El cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul no solo dirige, sino escribe un guion enteramente soportado por la destacable participación de Tilda Swinton. Jessica logra ser una mujer tan pasiva y en paz, que incluso con el misterio que carga en su vida, no se logra inmutar y mantiene su entereza. Y justo en el momento preciso, suelta con todo lo que ha estado sobrellevando. Una vez más podemos corroborar el enorme talento de la inglesa.

Como apartado técnico, debo subrayar la cinematografía y particularmente la puesta en cámara, pues al ser una temática de drama, con toques de ciencia ficción, pero más importante, con un tono reflexivo, el lente siempre se ubica en una lejana distancia a los personajes. Con encuadres y escenas fijas de larga duración, el director desea que percibamos el tiempo a su manera, que vivamos cada segmento a como lo hacen los personajes. Algo sumamente complicado de empatar con el espectador.

Memoria definitivamente no va ser una propuesta del agrado de todos, pero si logras conectar, relajar tu ser y no exigir una respuesta a lo que simplemente no lo va tener, puedes disfrutar de una de las películas más arriesgadas de los últimos años, tanto en forma como en fondo. Y quizá al salir de la función, tu estado de ánimo se beneficie con la tranquilidad que acaba de experimentar.

SINOPSIS «Desde que se sobresaltó con un fuerte «bang» al amanecer, Jessica (Tilda Swinton) no puede dormir. De visita en Bogotá para ver a su hermana hospitalizada, se hace amiga de Agnés (Jeanne Balibar), una arqueóloga que estudia restos humanos descubiertos dentro de un túnel en construcción. En un pequeño pueblo cerca del sitio del túnel, Jessica se encuentra con Hernán (Elkin Díaz), un pescador con ideas excéntricas. Compartendo recuerdos junto al río, descubre el inesperado origen del ruido que no la deja dormir.»
Carlos Huerta

Por Carlos Huerta de Cine En 70mm.
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