Lightyear, el viaje Interestelar más emotivo

Seguimos con el viaje nostálgico con muchas películas y aunque pensábamos que Toy Story con su universo ha inacabado, pues no. En 1995 comenzamos un viaje con Woody y Buzz y los terminamos en 2019 con Toy Story 4 y conocemos el final.

Lightyear, es una especie de spinnoff de Toy Story de John Lasseter y nos muestra las imágenes que ocasionó que Andy se emocionara tanto con el personaje de Buzz, personaje principal de esa película. Lo que vemos en el cine es precisamente esa historia que vio ese niño en 1995… de alguna manera todos somos Andy; en ese momento y desde ahí ya comienzas a conectar con la película.

Lo que tiene Lightyear que cautiva a su espectador es una nostalgia mencionada, pero no abusa de ella; sino que logra crear la propia con el personaje de Buzz y algunos nuevos que aparecen como un verdadero comando estelar que tanto oímos mencionar por muchos años. Todo envuelto en una historia que involucra viajes interestelares, la teoría de la relatividad y un fuerte mensaje de amistad y trabajo en equipo.

La verdad no tengo nada que reprocharle a Lightyear, nada absolutamente. Tiene todo lo necesario en su cantidad perfecta para poder conectar con el espectador que ha seguido al personaje durante tanto tiempo y cautivar a las siguientes generaciones. Tiene una mezcla rara entre Interestelar de Christopher Nolan, Gravity de Alfonso Cuarón y el toque de Pixar.

Su discurso sobre aprovechar el presente soltando el pasado para crear un futuro es muy bueno y sabe sustentarlo de forma sorpresiva con giros interesantes que demuestran cómo muchas veces somos nosotros mismos nuestros propios enemigos.

Al mismo tiempo sus ideas acerca del trabajo en equipo y como intentar brillar solo sin saber delegar responsabilidades, pero también confiando en tu propio ego puede arruinarte absolutamente todo ocasionando quedarte solo contigo mismo, pero tampoco acompañado de tu mejor versión. Algo que hace muy bien Lightyear es que logra entablar un discurso amistoso efectivo y nostálgico, sin caer en los excesos, con sus fans pero también con sus hijos por medio de un juego ingenioso que logra crear con el concepto del tiempo y eso lo aplaudo.

Angus MacLane logra escribir una buena historia con base a la ciencia y teorías que todos conocemos pero aterrizadas a un lenguaje muy sencillo que logra ligar perfectamente con las emociones sin sobre explicar demasiado y es ahí donde el juego del tiempo y las nuevas conexiones emocionales con un nuevo espectador entran magistralmente sin notarse forzado en ningún momento.

Ahora bien, el tema que ha alebrestado a mucha gente en el mundo: el beso gay entre una pareja homo parental. Creo que en estos tiempos los niños, adolescentes y demás, en la actualidad han alcanzado a ver cosas peores y sus padres no han estado ahí para explicárselos. Aquí la guía debe venir de los papás para poder dar razón de lo qué pasa y porque, aunque los niños y adolescentes actuales saben más de eso que nosotros. Así que sí, aunque dura un segundo, no más, está presente pero tampoco es para alarmarse, es al inicio de la película y pasa casi desapercibido. Creo que el tema se aborda desde una trinchera muy lateral que no toma protagonismo, por lo tanto, resulta al final irrelevante, aunque también era innecesario.

A fin de cuentas lo bueno pesa más en Lightyear que lo que pudiéramos encontrar mal. La aventura, la amistad, la ciencia, el trabajo en equipo y la lealtad son conceptos bastante fuertes que logran que la película emotiva, brillante, inteligente, pero también, nostálgica.

¡YA EN CARTELERA!

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