Dos Estaciones

DOS ESTACIONES | Juan Pablo González | México – Francia – Estados Unidos | 2022 | 99 min.

Representando a México en la 73 Muestra Internacional, se proyectará, del 30 de marzo al 4 de abril, en la Cineteca Nacional, la película Dos Estaciones, del director Juan Pablo González. Dos Estaciones es el primer largometraje de ficción de este director, y ha sido galardonado en los festivales de cine de Sundance y el de Morelia.

Esta película nos introduce al mundo de María García, una mujer mexicana de edad adulta que ha heredado y dirige, por sí misma, una fábrica mediana de Tequila en los altos de Jalisco. Durante el metraje, veremos cómo María encuentra grandes dificultades para mantener a flote el legado familiar. A pesar de la ayuda de Rafaela, una mujer joven y entusiasta que se integra a su equipo y se vuelve su mano derecha, María irá presenciando cómo su tequilera va decayendo a causa de inmisericordes desastres naturales y la competencia desigual con empresas extranjeras. Al final, todo esto la orillará a tener que tomar una decisión: persistir en una misión perdida o vender su fábrica a aquellos que considera invasores.

DOS ESTACIONES | Juan Pablo González | México – Francia – Estados Unidos | 2022 | 99 min.

El estilo de narración en Dos Estaciones se llega a sentir, por momentos, de corte documental; lo cual no es necesariamente un desacierto, pero sí nos habla del género en el que se siente más cómodo y en el que se ha desenvuelto más el director. Esta película es de ritmo lento, por lo que puede llegar a parecerle monótona a algunos espectadores, sin embargo, una de sus grandes virtudes son los recursos visuales con los que construye las atmósferas. Los planos panorámicos de los altos de Jalisco, y sus cultivos de agave, son hermosos. Además, la forma en la que la cámara va siguiendo a María, en sus constantes deambulaciones, usando planos de tipo over shoulder, se siente muy bien lograda. También es destacable la forma elegante y sutil en la que se sugieren situaciones de tensión sexual entre los personajes.     

DOS ESTACIONES | Juan Pablo González | México – Francia – Estados Unidos | 2022 | 99 min.

En cuanto a guion, considero que Dos Estaciones es una película que no termina de definir su tema principal. La historia pretende centrarse en la lucha de María por aferrarse al legado familiar; sin embargo, se desvía constantemente al drama personal de María: su soledad y su ambigua relación con Rafaela. La construcción del personaje de María es tal vez lo más destacable del guion; María personifica aquello que no es convencional: desempeña roles tradicionalmente masculinos, no es hegemónicamente bella y se nos sugiere que es una persona sexo-disidente. Por ello, el personaje de María funciona para sostener una premisa muy relevante en la actualidad: nuestra sociedad es hostil con todo aquello que es diferente, y lo destruye.        

En general, Dos Estaciones es una película que vale la pena ver, sin ser destacable, y nos sugiere potencial de crecimiento de su director.

PABLO BASTIDA

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¡Llegó la 73 Muestra Internacional de Cine!

El pasado martes 21 de marzo comenzó la primavera, y trajo consigo una muy agradable noticia: la Cineteca Nacional está lista para arrancar con la 73-ava edición de su famosa Muestra Internacional de Cine. En conferencia de prensa, el director general de la Cineteca, Alejandro Pelayo Rangel, y el director de difusión y programación, Nelson Carro, presentaron la lista de películas que se proyectarán, del 30 de marzo al 14 de abril, como parte de la muestra.

La Muestra Internacional de Cine se realiza, regularmente, dos veces al año, en la Cineteca Nacional, desde 1971, y su misión es difundir lo más destacado del cine de actualidad a nivel internacional. Nelson Pelayo destacó que, para la selección de este año, los filmes abordan los temas de la guerra y la migración.

En total se proyectarán 14 películas, que han sido estrenadas desde 2020 hasta 2022; a excepción de La doble vida de Verónica, de Krzysztof Kieslowski, estrenada en 1991, y que sin duda es una de las mayores obras del cine internacional (¡no se la pueden perder!). También se destaca en la programación la proyección de Laila en Haifa, del director Israelí Amos Gitai, recientemente homenajeado y galardonado por la Cineteca Nacional. Representando a México, se proyectará Dos estaciones, primera película de ficción del director Juan Pablo González. La lista completa de las películas seleccionadas para esta edición de la muestra es la siguiente:  

  • Araña sagrada (Holy Spider), Dir.: Ali Abbasi, Dinamarca-Alemania-Suecia-Francia, 2022, Dur.: 117 mins.
  • Dos estaciones, Dir.: Juan Pablo González, México-Francia-Estados Unidos, 2022, Dur.: 99 mins.
  • El amor según Dalva (Dalva), Dir.: Emmanuelle Nicot, Francia-Bélgica, 2022, Dur.: 83 mins.
  • Enferma de mí (Syk pike), Dir.: Kristoffer Borgli, Noruega-Suecia, 2022, Dur.: 97 mins.
  • Godland (Vanskabte Land), Dir.: Hlynur Pálmason, Dinamarca-Islandia-Francia-Suecia, 2022, Dur.: 143 mins.
  • Klondike (Klondike), Dir.: Maryna Er Gorbach, Ucrania-Turquía, 2022, Dur.: 100 mins.
  • La doble vida de Verónica (La Double Vie de Véronique), Dir.: Krzysztof Kieslowski, Francia-Polonia-Noruega., 1991, Dur.: 97 mins.
  • La última función de cine (Chhello Show), Dir.: Pan Nalin, India-Francia-Estados Unidos, 2021, Dur.: 110 mins.
  • Laila en Haifa (Laila in Haifa), Dir.: Amos Gitai, Francia-Israel, 2020, Dur.: 99 mins.
  • Sobre las nubes, Dir.: María Aparicio, Argentina, 2022, Dur.: 143 mins.
  • Sparta, Dir.: Ulrich Seidl, Austria-Alemania-Francia, 2022, Dur.: 101 mins.
  • Un ciudadano honesto (Ezrah Mudag), Dir.: Idan Haguel, Israel, 2022, Dur.: 82 mins.
  • Una película sobre la vida (Feature Film About Life), Dir.: Dovile Sarutyte, Lituania- Estados Unidos, 2021, Dur.: 100 mins.
  • Vicenta B, Dir.: Carlos Lechuga, Cuba-Francia-Estados Unidos-Colombia-Noruega, 2022, Dur.: 77 mins

Los horarios de proyección y las respectivas sinopsis se pueden consultar en la página web de la Cineteca Nacional. Para aquellos interesados en toda la muestra, se puede adquirir un abono, a precio especial, directamente en la taquilla.  

PABLO BASTIDA

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¡Que viva México! (y su clasismo…)

El pasado martes 14 de marzo, en la Plaza Oasis Coyoacán (CDMX) tuvo a bien (o no) presentarse la más reciente entrega de Luis Estrada: ¡Que viva México! La lluvia, que se desató de manera imprevista, no desanimó a nadie; desde las 3 de la tarde, un considerable número de reporteros se amontonaban alrededor de la alfombra roja, decididos de obtener la nota, y arrancarle unas cuantas palabras a Poncho (Herrera), Ana (de la Reguera), Damián (Alcázar), Joaquín (Cosío), y, por supuesto, al aclamado Luis Estrada. Y, ¿cómo no?, si en los últimos años, Luis se ha consagrado como un símbolo de la crítica a la clase política mexicana desde la trinchera del séptimo arte. A Luis puede reconocérsele (honor a quien honor merece) el haber sido uno de los escasos cineastas mexicanos con la valentía de rodar ingeniosas sátiras que retratan, de pies a cabeza, los peores vicios del ejercicio del poder en México. Con títulos como La Ley de Herodes, El infierno y La Dictadura Perfecta, Luis Estrada ha logrado cuestionar e incomodar tanto al Priismo como al Panismo. Y es así, con esos antecedentes, que el director se planteó una nueva cruzada: criticar al poder en turno. Esta nueva aventura se antoja, por lo menos, compleja, ya que, sin caer en el proselitismo político, y adhiriéndome a los análisis políticos más objetivos, es innegable que este gobierno es, en muchas cosas, distinto a los anteriores, nos guste o no, para bien o para mal. Luego, surge una pregunta natural: ¿está Luis Estrada a la altura de las necesidades de esta nueva realidad política? En la modesta opinión de este cinéfilo, la respuesta es: no.

«El fallo se encuentra, justamente, en no lograr lo que ha caracterizado a Luis durante toda su carrera: la adecuada construcción de una ficción que refleje nuestra realidad política»   

En términos estrictamente cinematográficos, ¡Que viva México! es un filme que cumple, holgadamente, con los estándares mínimos de calidad. Es decir, el trabajo de cinematografía, arte, sonido, montaje, etc., es, si no destacable, al menos bastante bien cuidado. La película está salpimentada con referencias visuales muy afortunadas a otros filmes de culto, por ejemplo, París, Texas o El Lugar Sin Límites, lo cual la hace muy agradable al ojo en momentos clave. La plantilla de actores, y la dirección de estos es, sin duda, una de las mayores virtudes de esta película; entre los más destacables están, por supuesto, los papeles protagonizados por Damián y Joaquín. Pero, entonces, dados todos los ingredientes necesarios para hornear una película memorable, ¿qué es lo que falla en esta producción? En mi opinión, el fallo se encuentra, justamente, en no lograr lo que ha caracterizado a Luis durante toda su carrera: la adecuada construcción de una ficción que refleje nuestra realidad política.       

Foto: Pablo Bastida. Oculus Todo El Cine

Quienes conocen el trabajo de Luis Estrada saben que su estilo es muy peculiar: a través de la construcción de microhistorias y personajes arquetípicos, establece narrativas que pretenden imitar, en pequeño, la realidad política del país. El problema es que, en esta producción, la ficción que se construye poco tiene que ver con la vida política y, más bien, parece una comedia banalizada sobre las clases populares del México menos urbanizado. Baste decir que la primera referencia (entre las muy contadas) que se hace al presidente Andrés Manuel López Obrador sucede hasta muy entrada la película, aproximadamente después de hora y media de metraje. Antes de esta aparición, el eje que domina el ritmo de la película es la de ridiculización de la pobreza; “los pobres son sucios”, “los pobres son promiscuos”, “los pobres son perezosos”, “los pobres no son solidarios”, “los pobres quieren dádivas”, “los pobres van a llevarte a la ruina”, y un largo etcétera, son subtextos que se pueden leer repetidamente, todo con un objetivo propagandístico bastante claro: convencer al espectador de que ese “pueblo bueno”, del que tanto habla Andrés Manuel, de hecho no es tan bueno, y por tanto, debemos desconfiar de la democracia y de los programas sociales. Y sí, debe reconocerse que, también, se hacen algunas burlas a los estereotipos que corresponden a las clases medias, pero se sienten inocentes, tibias y muy condescendientes.

En esta película se confronta la meritocracia con la pobreza, lo cual, por sí mismo, sería un terreno muy fértil para desarrollar una sátira. El problema es que Luis se adhiere a una visión de la realidad social completamente alterada. Defiende el mérito, antagoniza la pobreza, y banaliza la polarización tan preocupante que se vive en el México actual. ¡Que viva México! se conforma con retratar a las clases populares como resentidas y vengativas con los (¡pobrecitos!) fifís, y esto se consolida y se resume muy bien en una frase, dicha por el patriarca, que bien podría representar toda la película: “tu fracaso es nuestra felicidad”. No voy a negar, a pesar de todo, que algunas cosas de las que se mofa este filme son, en términos muy superficiales, “ciertas” (lo sé de primera fuente, al pertenecer a las clases populares); sin embargo, lo que Luis no termina de entender es el imperativo ético de utilizar la sátira de forma responsable, para incomodar al poder y cuestionar el privilegio, y no para invisibilizar la precariedad, y volver el blanco de las burlas a un sector que, históricamente, ya ha sido muy agraviado. Dicho esto, estoy convencido de que esta película, tal como fue planteada, era completamente innecesaria.   

Foto: Pablo Bastida. Oculus Todo El Cine

Creo muy relevante aclararle al lector que, con todo esto, no pretendo hacer una defensa del Obradorismo. La cuarta transformación, como es llamada, tiene tantos errores como aciertos, y criticarla libremente no solo es un indicador de salud política, sino una actividad ineludible. El problema es que Luis Estrada no toca, ni por encima, los temas más relevantes y polémicos de la actual administración. Prefiere encasillarse en una lucha ficticia entre nacos y fifís que, además de ser profundamente clasista, y enervar la polarización, ni siquiera es de un humor ingenioso. A ratos, hasta nos recuerda filmes tan poco afortunados como Mirreyes vs Godínez, y llega a caer en la tentación de recurrir a chistes escatológicos, que son los más trillados y fáciles de todos. Ya ni decir que es un película innecesariamente larga.

Pero todo esto no debería de extrañarnos, es un resultado natural cuando se retrata sin pudor ni autocensura una realidad que no se conoce. Al igual que Michel Franco, o incluso Octavio Paz, Luis Estrada nos quiere hablar de un grupo social al cual no pertenece, y cuyas problemáticas observa desde el pedestal del privilegio. Yo creo que esta entrega nos indica que el estilo de Luis Estrada envejeció muy mal, no está a la altura de la modernidad, y nos deja una gran lección: el cine tiene que empezar a democratizarse; es decir, tiene que dejar de ser acaparado por los mismos sectores de siempre, y darle lugar a visiones diversas, auténticas, y sobre todo, con conciencia de clase.  

¡Que Viva México! se estrena este 23 de marzo exclusivamente en cines.

PABLO BASTIDA

Instagram: @bastidaph